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Dolores Peña, un ejemplo de perseverancia y progreso
Por Claudia Annoni, La Prensa
Mujeres fuertes, mujeres que luchan, no siempre son aquellas que están en puestos políticos, que corren una empresa o que manejan un negocio. También son aquellas que día a día, cuidan de sus hijos y deciden dedicarse cien por ciento a sus familias.
Este es el caso, de la Sra. Dolores Peña, que atesora, seis hijos, dieciocho nietos y catorce bisnietos.
Dolores nació en Mercedes, Texas, donde creció rodeada de cuatro hermanas y 3 hermanos, y en relación muy cercana a su madre.
A la edad de trece años conoció a su novio, Ernesto Peña, con quien se casó a los dieciséis, y con quien celebrará 52 años de casados, el día 1 de mayo. “Eran otros tiempos”, recuerda Dolores.
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Dolores Peña
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En el Valle, Texas, nacieron sus primeros tres hijos. Cuando aun pequeños, ella recuerda los días cuando se mudaron a Florida y luego a Ohio. Por entonces los niños iban con ella a trabajar a la labor…”eran otros tiempos”, repite Dolores y se ríe. “Ellos venían conmigo a los campos, y se quedaban cerquitita al lado mío”, recordó. Los trabajos en los campos no eran fáciles, describió la Sra. Peña, pero después de un tiempo todos se conocían y se convertía en una gran familia, aclaró.
Ya instalados en Ohio, nacieron sus otros tres hijos. Y en ese momento, ella decide quedarse tiempo completo con sus niños. En esa época, su esposo trabajaba en la lechería Babcock Dairy, donde permaneció por quince años, hasta que la empresa cerró en el año 1982.
Ahora cuando mira hacia atrás, Dolores encuentra una gran satisfacción por el tiempo que paso con sus niños. “Yo les enseñé a cocinar, a coser, a hacer de todo en la vida”, dijo. “Coser siempre fue lo que me entretuvo y lo que me gustó hacer desde pequeña. Yo cosía a mano”, recalcó. Pero recién a los veinte años, tuvo su primera máquina de costura, y desde entonces no solo se dedica a coser para ella, sino que también pasa el tiempo enseñándole a su bisnieta a diseñar sus primeras prendas. “Es un gusto muy grande”, se emociona al contarlo.
La Sra. Peña reconoce que tuvo una vida dura, donde muchos fueron los sacrificios que tuvo que afrontar, y si bien, como ella dice “no tuve mi propia educación, si se la pude dar a mis hijos. Y hoy tengo hijos graduados de escuela, y uno con un Master en administración de empresas.
Pero, ella no solo se dedicó a su familia, sino que también dio de sí a la comunidad. La Sra. Peña fue voluntaria por varios años en North Toledo Community House (NTCH); colaboró en la Iglesia St. Hedwigs, en el bingo y en la cocina; y por más de tres años dio de su tiempo y entusiasmo a los grupos de NAMI (National Alliance on Mental Illness).
Y aún no acaba, ella atiende El Centro de la Mujer, donde es una participante activa y todo un ejemplo de perseverancia y progreso. “Las muchachas son más que amigas, son como mis hijas”, recalca.
Y porque su determinación no descansa, hoy a los 68 años está decidida a aprender computación.
La Sra. Dolores Peña es un ejemplo de fuerza y poder para la mujer de hoy.
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