Supply of hospice services strongly associated with local area’s median household income
Strategies needed to encourage end-of-life programs in underserved, poorer communities, say U-M researchers
Ann Arbor, May 2011: Wealth, population size, race and age associate with the supply of hospice care available in a county, according to a study published in the Journal of Pain and Symptom Management this month.
Local availability is an important predictor of use of hospice programs, which are end-of-life services that have been shown to improve pain control, maintain patients’ independence and even extend life, says lead author María Silveira, M.D., M.P.H., of the Veterans Affairs Ann Arbor Healthcare System and assistant professor in the Department of Internal Medicine at the University of Michigan.
This study is the first to examine geographic variation in the supply of hospice services and its association with community wealth.
The researchers found that for every $1,000 increase in median household income in a county, the supply of hospice services increased by 3 percent.
Hospice supply also was larger in counties with larger populations, more African Americans and people over the age of 65.
But hospice supply decreased in larger geographic counties and those with more Hispanic residents.
More research is needed, says Silveira and her co-authors, but these study results indicate the traditional model for structuring and financing hospice needs to be re-designed. The building of community hospices is often funded through charity and this is one possible explanation for the disparities seen in the study.
“Wealthy communities can afford large amounts of charitable giving and thus have the resources to build local hospices; whereas poorer communities may not be able to donate in the amounts necessary to do the same,” says Silveira.
While the amount of hospice use has increased tremendously in the last twenty years, most Americans die without using hospice care. In 2002, only 28.6 percent of Medicare beneficiaries who died had enrolled in hospice.
To improve the feasibility of hospice in poorer communities, Silveira and her co-authors suggest that Medicare provide assistance or incentives for building hospices in poorer communities, in addition to making sure that reimbursement for hospice services match its cost.
“Since most hospice care in the US is paid for with public funds via Medicare- the government has a responsibility to ensure that access to hospice is equitable,” says Silveira.
Silveira and her co-authors stressed that more research is needed to find out how patient preferences Influence access to hospice by underserved communities.
“The relationship between community affluence and supply of hospice services could reflect community values about hospice and indicate that hospice, as a business, merely follows the demand for its services,” Silveira says.
“Given the tremendous, proven benefit of hospice programs, supply of these services needs ongoing study.”
Additional authors: Susan Goold, M.D., M.P.H., M.A. VA Ann Arbor Healthcare System and professor in the U-M departments of Internal Medicine and Health Management and Policy; Lawrence F. McMahon, M.D., M.P.H., chief of the U-M Division of General Medicine and professor in the departments of Internal Medicine and Health Management and Policy; Stephen Connor, Ph.D. of the National Hospice and Palliative Care Organization; and Chris Feudtner, M.D., Ph.D., M.P.H. of the Children’s Hospital of Philadelphia.
Journal reference: doi:10.1016/j.jpainsymman.2010.09.016
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La provisión de servicios de hospicio está fuertemente vinculada con el ingreso medio de los hogares en el área local
Se necesitan estrategias que promuevan los servicios al final de la vida en las comunidades más pobres y menos atendidas, indican los investigadores de la UM
ANN ARBOR, Mayo 2011: La riqueza, el tamaño de la población la raza y la edad están relacionadas con la provisión de cuidados de hospicio disponible en un contado, según un estudio que publica la revista Journal of Pain and Symptom Management este mes.
La disponibilidad local de estos servicios es un indicador importante del uso de los programas de hospicio, que son servicios al término de la vida que, según se ha demostrado, mejoran el control del dolor, mantienen la independencia del paciente y aún extienden la vida, dijo la autora principal María Silveira, del Sistema de Salud de Asuntos de Veteranos en Ann Arbor y profesora asistente en el Departamento de Medicina Interna de la Universidad de Michigan.
El estudio es el primero que ha examinado las variaciones geográficas en la provisión de servicios de salud y su relación con la salud comunitaria.
Los investigadores encontraron por cada incremento de mil dólares en el ingreso medio de los hogares en un condado la provisión de servicios de hospicio aumentaba un 3 por ciento.
La provisión de hospicios también es mayor en los condados con poblaciones más numerosas, con más afroamericanos y con más personas mayores de 65 años de edad.
Pero la provisión de hospicios disminuye en los condados con mayor área geográfica y en los que tienen más residentes hispanos.
Silveira y sus coautores dicen que se necesita más investigación pero estos resultados del estudio indican que el modelo tradicional para la estructuración y financiación del hospicio debe ser rediseñado. La construcción de hospicios en la comunidad a menudo se financia mediante organizaciones de beneficencia y ésta es una explicación posible de las disparidades que se ven en el estudio.
“Las comunidades más acaudaladas pueden hacer grandes donaciones para caridad y tienen así los recursos para la construcción de hospicios locales, en tanto que las comunidades más pobres quizá no puedan donar las cantidades necesarias para hacer lo mismo”, dijo Silveira.
Si bien el uso de hospicios e ha incrementado tremendamente en los últimos veinte años la mayoría de las personas en Estados Unidos mueren sin tener el cuidado de hospicio. En 2002 sólo el 28,6 por ciento de las beneficiarios de Medicare que murieron se habían ingresado en un hospicio.
Para mejorar la factibilidad de hospicios en las comunidades más pobres, Silveira y sus coautores indican que Medicare debería proveer la asistencia o los incentivos para la construcción de hospicios de las comunidades más pobres, además de asegurarse que el reembolso por los servicios de hospicio estén a la par de sus costos.
“Dado que el cuidado de hospicio en Estados Unidos se paga con fondos públicos por medio de Medicare, el gobierno tiene una responsabilidad de asegurar que el acceso a los hospicios sea equitativo”, dijo Silveira.
Silveira y sus coautores enfatizaron que se necesita más investigación para determinar cómo las preferencias de los pacientes influyen el acceso a los hospicios por parte de las comunidades menos atendidas.
“Las relaciones entre el nivel económico de la comunidad y la provisión de servicios de hospicio podría reflejar los valores de la comunidad acerca del hospicio, pueden indicar que el hospicio, tal como cualquier otro negocio, sigue meramente las demandas por sus servicios”, añadió Silveira.
Los autores adicionales son Susan Goold del Sistema de cuidado de la Salud de Asuntos de Veteranos en Ann Arbor y profesora en los departamentos de Medicina Interna y Gestión y política de Salud en la UM; Lawrence F. McMahon, director de la División de Medicina General de la UM y profesor en los departamentos de Medicina Interna y de Gestión y Política de Salud; Stephen Connor, de la Organización Nacional de Hospicios y Cuidado Paliativo, y Crhis Feudtner, del Hospital de Niños de Philadelphia.
Referencia de publicación: doi:10.1016/j.jpainsymman.2010.09.016
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