``Su santidad solicitó (a los grupos) poner fin a la marcha de protesta hacia el Tíbet'', dijo Tenzin Taklha, un importante asesor del Dalai Lama. ``Dejó claro que no puede ordenarlos a no hacerlo, pero les pidió que paren''.
China tildó el miércoles al Dalai Lama de ``lobo con hábito de monje'' y afirmó estar embarcada en una lucha ``a vida o muerte'' con sus partidarios tras las mayores protestas callejeras en ese territorio contra el régimen comunista en casi dos décadas.
Los organizadores se negaron a comentar sobre lo sucedido en la reunión, pero señalaron que continuarán dialogando y pronto anunciarán una decisión.
La marcha comenzó días después de que más de 100 exiliados tibetanos fueran detenidos intentando marchar desde Dharmsala, donde se encuentra el gobierno tibetano en exilio, a Lhasa.
Mientras, dicho gobierno sostuvo una protesta en la capital india el miércoles y pidieron una investigación independiente sobre la reciente violencia en el Tíbet. Pidieron también poner fin a la opresión china en la región.
Los 43 miembros del parlamento llegaron al centro de Nueva Delhi para mostrar solidaridad con los manifestantes en Lhasa, dijo el parlamentario Youdon Aukatsang.
``Es una crisis en Tíbet y creo que la comunidad mundial debe pronunciarse y condenar muy fuertemente al gobierno chino'', dijo Aukatsang.
Los medios informativos extranjeros no tienen acceso al Tíbet y la prensa oficial china sólo ha difundido la versión oficial de los hechos, según los cuales los manifestantes mataron a 16 personas. El gobierno insistió que los soldados no dispararon a los revoltosos y negó las versiones de tibetanos en el exilio de que los muertos ascienden a 80.
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