Hay algunos demócratas entre los cubano-estadounidenses en este estado crucial, pero la mayoría son republicanos o independientes, lo que significa que realmente tendrán poco peso en las elecciones primarias del partido, programadas para el 29 de enero.
Los cubano-estadounidenses están divididos en torno a las restricciones que aplicó el gobierno del presidente George W. Bush en el 2004, tanto a la cantidad de dinero que los cubanos pueden mandar a sus familiares en la isla como el número de visitas que pueden hacer a familiares que aún viven allá.
Los cubano-estadounidenses desean viajar a su país y ayudar a sus parientes necesitados, pero también quieren ver caer al gobierno del anciano líder Fidel Castro, y creen que su muerte permitirá esa apertura. Sin embargo, Obama discrepa de ello.
``El medio primario que tenemos para impulsar un cambio positivo en Cuba hoy es ayudar a que el pueblo cubano sea cada vez menos dependiente del régimen de Castro en cuestiones fundamentales'', indicó Obama, un senador por Illinois, en un desplegado publicado el martes en el diario The Miami Herald.
Por su parte, la senadora Hillary Clinton, la precandidata demócrata que encabeza las encuestas, emitió un comunicado a través de su equipo de campaña en el que reiteró su apoyo a la política actual en torno a Cuba, al señalar que ``hasta que no esté claro qué tipo de políticas podría seguir un nuevo gobierno, no podremos hablar de cambios en la política estadounidense hacia Cuba''.
Clinton ha buscado presentar a Obama como una persona sin experiencia en asuntos de política internacional.
Entre otros candidatos demócratas, el senador Joe Biden respalda la política actual. El ex senador John Edwards mantuvo una posición intermedia al solicitar el fin de las restricciones de viajes para visitar a familiares, pero no eliminaría de inmediato los límites impuestos a las remesas de dinero.
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