El muro no detendrá la inmigración ilegal, creen en México
Por OLGA R. RODRIGUEZ
TIJUANA, México (AP): Bañada por las rompientes del Pacífico y zigzagueante a lo largo de 22,5 kilómetros de frontera, la cerca de metal corrugado y eslabones que separa Tijuana de Estados Unidos no ha hecho sino facilitar el paso de los inmigrantes ilegales por el desierto de Arizona y alimentar la floreciente industria del contrabando humano desde que fue erigida hace doce años.
Ahora, mientras Estados Unidos se apresta a construir una barrera moderna con 1.125 kilómetros más de cerca, sensores de movimiento y detectores de control remoto, los “coyotes” ya están pensando cómo habrán de violar las nuevas medidas de seguridad.
Aun antes de que el presidente estadounidense George W. Bush firmara el proyecto de financiación de 1.200 millones de dólares para reforzar los puestos de control, las cifras de la patrulla fronteriza indican que los contrabandistas han ocultado más inmigrantes en vehículos o que los han desviado hacia uno de los sectores más inhóspitos de la frontera: un tramo montañoso de desierto abrasador cerca de Yuma, Arizona.
Algunos expertos pronostican que los coyotes podrían apelar a botes y túneles, dos métodos populares con los narcotraficantes pero pocas veces usados para el contrabando humano.
“No importa lo que hagan. No hay un muro que pueda detener a la gente porque siempre habrá alguien que se las ingenie para cruzar'', enfatizó José López, un obrero de la construcción que dijo acababa de ser deportado a Tijuana luego de ser detenido en San Francisco.
Como tiene tres hijos todavía en Estados Unidos, López piensa volver a cruzar, aunque se arriesga a pasar tres años en la cárcel debido a arrestos anteriores por portación de documentación falsa.
Ninguna medida de seguridad fronteriza detendrá la inmigración ilegal. La realidad, poco admitida, es que aproximadamente la mitad de los 12 millones de extranjeros indocumentados en Estados Unidos ingresaron con visas auténticas y se quedaron luego de su expiración.
Aunque el proceso de entrevistas para las visas se ha hecho más estricto, no ha logrado detener a los que se quedan luego de entrar legalmente.
Y si no pueden conseguir visa, hay un negocio de contrabando humano que moviliza a millones de personas desde los pueblos mexicanos hasta llevarlos donde los esperan los empleadores en todo Estados Unidos.
Las medidas más estrictas que comenzaron en 1994 redujeron notablemente el número de cruces ilegales en la zona de Tijuana-San Diego. Pero en general mantuvieron el mismo ritmo: el total de arrestos a lo largo de la frontera de casi 3.200 kilómetros con México ha variado pero sin cambiar demasiado: 1,3 millones en 1995 en comparación con 1,2 millones en el 2005.
El tráfico humano ha florecido: el precio promedio para ser conducido a una puerta de entrada en la zona de Tijuana-San Diego _por lo general en el baúl de un automóvil o utilizando documentación falsa_ subió de 300 dólares en 1994 a 2.500 actualmente. Cruzar por el desierto de Arizona puede costar hasta 1.800 dólares.
José Ramos, un profesor e investigador en el Colegio de la Frontera Norte, de Tijuana, un centro de estudios enfocado en los asuntos fronterizos, anticipa que los coyotes cobrarán aun más mientras estudian nuevos modos de cruzar.
“Estas organizaciones tendrán que innovar, perfeccionarse, y para el emigrante eso significará un costo aun mayor'', dijo Ramos. “No me sorprendería que los coyotes empezaran a cruzar su carga por túneles subterráneos o en embarcaciones''.
En Altar, un pueblo agrícola de 7.000 habitantes y punto central de reunión para los que intentan el cruce por Arizona, cientos de hombres con mochilas y bidones de agua se concentran en la plaza. Aguardan a los coyotes que los llevarán a la última etapa antes de cruzar: Sasabe, fronteriza con la reservación indígena Tohono O'odham, del lado estadounidense, escasamente poblada.
El trayecto a pie de varios días por el desierto abrasador infestado de serpientes cobra algunas vidas. Pero con todo, los senderos por el desierto cerca de Sasabe son menos hostiles que el terreno cerca de Yuma, que se anticipa será el próximo punto de cruce.
Otros inmigrantes son encerrados en la caja de tractores remolque, embutidos en paneles falsos u ocultos en la caja de los motores, donde se arriesgan a morir por sofocación e hipertermia.
Del 1 de octubre del 2005 al 15 de septiembre del 2006, 426 personas murieron durante el cruce ilegal, y el Colegio de la Frontera Norte dice que la cifra de bajas desde 1994 es de unos 3.700.
``Más muros harán más difícil el cruce de los inmigrantes, pero igualmente seguirán tratando, aunque arriesguen la vida'', dijo Luis Kendzierski, un sacerdote que dirige un refugio para inmigrantes en Tijuana.
A menudo, los inmigrantes exhaustos o pobres como para intentar otro cruce se quedan justo al sur de la frontera. Ramos dijo que la población de Tijuana se ha duplicado con creces a 1.300.000 millones desde que Estados Unidos reforzó la frontera.
“Esto ha creado todo tipo de problemas para Tijuana y para muchas otras ciudades fronterizas porque carecen de los servicios públicos necesarios'', explicó.
Jesús Villalobos, deportado recientemente desde Los Angeles, planea contratar un coyote para hacer un nuevo intento. Y piensa hacerlo lo antes posible, antes de que se apliquen las nuevas medidas de seguridad.
“Tengo que volver porque mi hija está allí, mi vida está allí'', afirmó Villalobos mientras descansaba en un refugio para inmigrantes en Tijuana. “El cruce ya es peligroso ahora, y con un muro más se tornará más peligroso y caro''.
El escritor de la Associated Press Luis Pérez contribuyó a este artículo desde Tijuana.
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