El mismo día en que comenzó una visita a Canadá, Calderón se vio ante el que probablemente sea uno de los asuntos más complejos en su próximo gobierno. El presidente estadounidense George W. Bush firmó el ``proyecto de ley para una valla de seguridad'' en una ceremonia efectuada en Washington, una medida diseñada para impulsar la imagen de los republicanos en los estados fronterizos antes de las elecciones legislativas a efectuarse el 7 de noviembre.
Ante una pregunta planteada por medios de comunicación mexicanos acerca de la valla, Harper respondió haciendo énfasis en que Canadá y México tienen distintos asuntos por resolver en sus fronteras. Sin embargo, dijo también que el gobierno canadiense también le ha presentado a Estados Unidos sus propios argumentos en contra del establecimiento de barreras físicas.
Ottawa aún está luchando contra una ley establecida por Washington que a la larga requeriría que todos los canadienses porten un pasaporte o una identificación confiable para entrar a territorio estadounidense.
``Creo que en repetidas ocasiones hemos dicho como país en nuestras relaciones con Estados Unidos que compartimos la preocupación de los estadounidenses para tener fronteras seguras'', dijo Harper. ``También creemos que a la larga va en favor de los intereses económicos de todos''.
``Al mismo tiempo'', agregó, ``obviamente emitimos una advertencia contra cosas que pueden generar barreras innecesarias, no sólo al comercio sino también al intercambio ordinario de turismo y relaciones sociales entre nuestros países''.
Calderón, que asumirá el puesto el 1 de diciembre, criticó el proyecto de ley estadounidense.
Tras reunirse con Harper en la Colina del Parlamento, Calderón consideró que la decisión de construir el muro en la frontera ``es deplorable'', e indicó que esa medida no resolverá ningún problema.
El próximo mandatario dijo que la humanidad cometió un ``enorme error'' al construir el Muro de Berlín, y consideró que hoy en día Estados Unidos está ``cometiendo un grave error'' al construir la valla en la frontera con México.
Calderón señaló que es mucho más útil solucionar los problemas comunes e impulsar la prosperidad en ambos países.
México ha argumentado que los miles de millones de dólares que se están gastando en la valla no atenderán las causas por las cuales se origina la inmigración ilegal, y probablemente desembocarán en más muertes innecesarias. El país piensa interponer una queja ante las Naciones Unidas.
En gran medida, el objetivo de la visita de Calderón fue que ambos líderes se conocieran. Los dos provienen de partidos de corte conservador y tienen reputaciones similares como políticos orientados a obtener resultados.
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