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That’s why I’m outraged that the Republican Party has launched an unrelenting anti-immigrant agenda. The truth of the matter is that Republicans are using national security as a shield to punish law-abiding, hard-working, and tax-paying immigrants. There are 8 million undocumented workers in this country, who are cleaning our offices, washing our dishes, and picking our fruits and vegetables. These are jobs Americans don’t even want. Without these immigrants our economy would falter.
The most recent affront by the Republican Leadership was the inclusion of the so-called “Real ID” Act in the funding bill for the war in Iraq . Let’s get something straight — those who claim that taking away driver’s licenses from immigrants will enhance national security are wrong.
Remember, all 19 of the September 11th hijackers entered this country with legal immigration documents. Legislation prohibiting undocumented immigrants from obtaining drivers’ licenses would not have stopped a single 9-11 hijacker. If we truly want to make this country safer, President George W. Bush should pay for adequate border patrol and port security as promised.
For example, a crane operator at the Port of Los Angeles recently discovered 32 Chinese stowaways in a container just unloaded from a Panamanian freighter. The State of California already prohibits undocumented immigrants from getting drivers’ licenses, but that did not discourage these stowaways from trying to sneak into California and the United States . The people at our ports and borders are our first and best line of defense.
That’s why the Intelligence Reform law based on the 9-11 Commission recommendations calls for 10,000 new border guards, 40,000 new detention beds to hold people awaiting deportation, and 4,000 new immigration inspectors. Yet the President’s 2006 Budget does not include funding for any of these security improvements other than a shockingly limited 210 new border patrol agents. If we are going to get serious about border security, we need more resources and more people on the border, and at our ports.
It’s a sad day when Republicans use the pretext of national security to attack immigrants who pose no real threat to our safety. U.S.-America is a country built by immigrants, and we should remain a country that is open and welcoming to those seeking freedom. The U.S. has always been a beacon of hope and we must continue to guard the light of liberty for those who are oppressed or displaced.
Proyecto de ley REAL ID: Nada que ver con Irak ni con seguridad nacional
Por la Congresista Linda Sánchez (D-CA), 16 de marzo de 2005-03-16
Como hija orgullosa de inmigrantes, me place servirle a mi país como Miembro del Congreso. Es un gran honor poder trabajar para los Estados Unidos, un país que le ha dado tanto a mi familia. Como millones de inmigrantes, mis padres vinieron aquí en busca del “Sueño Americano” para sus hijos – para asegurarle una educación de calidad y un futuro prometedor.
Por eso es que estoy indignada por el ataque frontal que ha lanzado el Partido Republicano con su agenda anti-inmigrante. La verdad del caso es que los republicanos están usando la seguridad nacional como una excusa para castigar a los inmigrantes que obedecen la ley, trabajan duro y pagan de impuestos. Hay 8 millones de inmigrantes indocumentados en este país, que están limpiando nuestras oficinas, limpiando nuestros platos y recogiendo nuestras frutas y vegetales. Estos son trabajos que la mayoría de los estadounidenses no desean hacer. Sin estos inmigrantes nuestra economía sería un fracaso.
El ataque más reciente del liderato republicano fue incluir el mal llamado proyecto de ley “ REAL ID” en la medida de gastos para la guerra en Irak. Vamos a dejar algo claro – aquellos que alegan que quitarle las licencias de conducir a los inmigrantes mejorará la seguridad nacional están equivocados. Recordemos que todas las 19 personas que asaltaron los aviones el 11 de septiembre entraron a este país con documentos de inmigración legales. Proyectos de ley que le prohíben las licencias de conducir a los indocumentados no hubieran parado a ningún terrorista asaltante de aviones durante el 11-S. Si en realidad queremos asegurar a este país, el Presidente Bush debería pagar por una patrulla fronteriza adecuada y por la seguridad en los puertos que el prometió.
Por ejemplo, un trabajador de carga en el Puerto de Los Ángeles recientemente descubrió a 32 chinos que se escondieron en un cargamento que venía de Panamá. El Estado de California ya prohíbe las licencias para los indocumentados, pero eso no desanimó a estos chinos de tratar de entrar a California y los Estados Unidos. La gente que trabaja en nuestros puertos y las fronteras son nuestros primeros y mejores defensores.
Por eso es que la Ley de Reforma de Espionaje, basada en las recomendaciones de la Comisión del 11-S, pide que haya 10,000 guardias fronterizos nuevos, 40,000 camas de detención para los que esperan ser deportados y 4,000 inspectores de inmigración nuevos. Pero el presupuesto del presidente para el 2006 no incluye fondos para ninguna de estas mejoras de seguridad, aparte de una cantidad increíble de 210 agentes de patrulla fronteriza nuevos. Si queremos tener seriedad en cuanto a la seguridad fronteriza, necesitamos más recursos y más personas en la frontera y en nuestros puertos.
Es un día triste en el que los republicanos usen el pretexto de la seguridad nacional para atacara los inmigrantes que no presentan ninguna amenaza a nuestra seguridad. Los Estados Unidos siempre han sido un faro de esperanza y esperamos que siga siendo la antorcha de la libertad para los oprimidos o desamparados.
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