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Sin embargo, al llegar al Departamento de Justicia para su primer día de trabajo, Gonzales dijo el viernes que ``será un día magnífico''.
A pesar de que casi todos elogian la inteligencia de Gonzales, su historia como nieto de inmigrantes mexicanos y su abundante trabajo con los demócratas del Senado para postulaciones judiciales y otros temas del gobierno, fue confirmado en su puesto con 60 votos a favor y 36 en contra, la mayoría de ellos de legisladores demócratas.
Poco después de ser confirmado, juró como el 80 secretario de Justicia ante el vicepresidente Dick Cheney, en una ceremonia privada realizada en la Casa Blanca.
El presidente George W. Bush, que el jueves viajaba por los estados de Dakota del Norte y Montana, lo llamó para felicitarlo tras la votación.
El senador demócrata Charles Schumer manifestó que le gusta y respeta ``al juez Gonzales como persona e inspiración'', pero ``no estoy seguro de que sea el hombre correcto para este puesto tan importante''.
Muchos manifiestan que no pueden olvidar su participación en el pasado en políticas del gobierno que, según dicen, alentaron el abuso de prisioneros en Irak, Afganistán y en el centro de detenciones de la Bahía de Guantánamo, en Cuba.
Se quejan también de que se negó a responder sus preguntas sobre cómo surgieron esas políticas en la Casa Blanca.
``El señor Gonzales fue parte central de la conocida decisión del gobierno de Bush de autorizar a nuestras fuerzas a cometer actos flagrantes de tortura en los interrogatorios a detenidos'', sostuvo el senador demócrata Edward Kennedy.
Su amistad con Bush también causa cierta preocupación, dijeron algunos críticos.
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